Argentina jugó el tercer amistoso de la era Batista. Perdió por 1-0 contra Japón en Saitama (que nos recuerda al, para nosotros, triste Corea-Japón 2002). Muy buen primer tiempo del conjunto oriental, misma idea que en el pasado mundial de Sudáfrica, presionando muy arriba y tocando preciso con sus figuras Honda, Kagawa y Endo. Tanto fue así que a los 8 minutos tuvo la primera clara: desborde y centro, el 9 Okazaki definió a un toque y Romero logró rechazar. Argentina formó con un 4-1-2-2-1. Cuatro centrales atrás (Burdisso, Demichelis, Milito y Heinze) Mascherano (muy flojo) de volante tapón. Más adelante D’alessandro y Cambiasso. Abiertos Messi y Tévez con Milito (se fue lesionado a los 22 y entró Higuaín) de punta. Al no tener un 10 definido este sistema se basa mucho en el trabajo de los dos mediocampistas por delante de Mascherano. Acá es donde falló Argentina. Mal partido de Cambiasso (que fue reemplazado por Bolatti antes de finalizar el PT) y D’alessandro muy errático y en otra cosa. Tévez intentó pero sin ser claro. Solo algún destello individual de Messi. A los 18 llegó el gol. Un remate al cuerpo que Romero atajó pero dejando viva la pelota y Okazaki, atento, aprovechó para tocar al gol. En el segundo tiempo Japón se dedicó a esperar. Argentina con Bolatti y Pastore (por D’alessandro) tampoco pudo hacerse dueño de la pelota y del partido. Apenas contó con dos chances.
Un remate de Messi, luego de una jugada de Tévez, que termino en las manos del arquero. La segunda otra combinación entre estos 2 que terminó en un remate pifiado de Carlitos. En los minutos finales Japón pudo haber puesto el 2do con una contra solitaria de Maeda (no pudieron Demichelis ni Mascherano, que termino en el suelo) pero una definición al medio y Romero no se lo permitieron. Bajo rendimiento de Arg, los nipones fueron superiores. En este amistoso no se pudo ver la idea y la línea que si se vió contra Irlanda y España. Sirvió para ver en acción a D’alessandro y un rato de Bolatti y Pastore. Porque basta que algunos jugadores jueguen bien dos o tres partidos para que la gente y el periodismo los aclamen como “los cracks que tienen que estar” y pedirlos de titulares. Por esta razón rescatamos lo (único) positivo de este partido, los minutos dados a algunos players.
